STATEMENT

 

Por mis venas corre la sangre de Salvatore Rosa, un artista polifacético italiano del siglo XVII, activo en Nápoles, Roma y Florencia, en diversas materias. Como pintor ha llegado a ser calificado de poco ortodoxo, extravagante y un eterno rebelde, características que compartimos y tal vez, definen mi obra.


En cada obra busco que mi lenguaje pueda traducirse como surrealismo o realismo mágico,  en permanente diálogo con otros movimientos y corrientes de las artes plásticas. El manejo del tiempo y lo onírico, son indiscutiblemente constitutivos tanto de mi obra como de su espíritu. Cada pintura es un viaje hacia un lugar inesperado, mágico, tan realista como fantasioso. Un eterno retorno a la ambigüedad que nos  habita.


Una de las series de mi obra, inspirada en el espíritu de la antigua Arcadia, ubicada en la región del Peloponeso, Grecia; no es más que un intento de aproximación a lo estético, utópico, paradisíaco e idealizado entre la conjunción de mis pinturas y mi propia identidad. Y así pintaría paisajes, pintaría momentos, cuerpos, cielos y valles. Se usaron rimas para elogiar la vida y para acercar la sensación de belleza a una realidad, representarla en un espacio concreto, desde una escena floral a una escena grandiosa, generalmente mitológica. Siempre con la esperanza de transformar aquella mitología, que me transcendiera, con el profano, sencillo, colorido y clásico alarde de componer la certeza metafísica de que ahora, lo inevitable no sería más que el deber mantener para siempre, aquel mismo espíritu indeleble, mítico y tan oculto de la Arcadia.